mardi 12 février 2008

Tan grande es el problema?

Gracia y Paz.
Este fin de semana compartí con amigos entrañables que llegaron a mi vida en aquella inolvidable y célebre etapa del colegio. Hoy cada uno es quien es y al encontrarnos, recordar y revivir esos momentos se convierte en ejercicio inevitable. Entre cuento y cuento, me llamó poderosamente la atención cuando hablábamos de las cosas que en ese entonces eran nuestros grandes problemas, imagínense, no hacer la tarea, tener que enseñarle el examen en el que nos quemamos a los padres, llevar la ficha de castigo, ¡qué horror!. Hoy casi diez años después nos reímos a carcajadas de la forma de accionar ante esas terribles situaciones y de lo insignificante que son al compararlas con las cosas que como adultos afrontamos frente al mundo. El asunto es que desde pequeños nos mal acostumbramos a volvernos locos por todo o por casi todo lo que debemos enfrentar. Un poco más adulto mientras mayor es nuestro crecimiento nos toca una cuota mayor de responsabilidad, mayor compromiso. Nuestro reto queda entonces en aprender o dejar el viejo hábito de querer coger el monte por las cosas “anormales” que se nos presentan en la vida. La Palabra de Dios nos muestra en reiteradas ocasiones, ilustrándonos con numerosos ejemplos la manera mediante la cual el afán, el agobio y el miedo, simplemente no son una opción en ningún momento y ante ningún escenario. Todo un Dios está de nuestro lado, en todo momento, en todo lugar y mientras más grande el problema mucho más manifestada es su omnipotencia. Hacerle caso al miedo es atentar contra la confianza de Dios. La preocupación es la plaga que mata la cosecha que Dios a través de nuestra fe por gracia tiene para nosotros. El preocuparse no le suma intensidad al grado de responsabilidad y compromiso que tengamos, más bien tener confianza de que podemos en Cristo Jesús le suma tranquilidad, discernimiento y esa paz que tanto necesitamos. Hermanos, no espere que el tiempo pase para reírse tal como lo hice yo con mis amigos de los problemas que una vez tuvimos. Comencemos desde ya a hacerlo con los de hoy, teniendo la seguridad que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. Bendiciones.